Hay quienes no hablan porque se asustaron tanto
Y tan pronto
Que no quisieron entrar en nuestro mundo
Y se quedaron en el borde.
Nosotros los vemos aislados
Pero para ellos ese es su único cobijo
Aunque, como la distancia no es suficiente
para detener nuestra mirada
Cierran los ojos para no verla.
Y como los oídos no tienen párpados
Cuando nuestra voz les llega
O un ruido distinto rompe el murmullo constante en el que habitan
Se llevan con absoluta decisión las manos a las orejas y se las tapan.
"Microrelatos sin título" Proyecto en obra de Elizabeth Escayola Freixa
viernes, 19 de febrero de 2010
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