lunes, 3 de mayo de 2010

Entrevista con el Doctor Martín Egge

El Dr. Martin Egge, neuropsiquiatra infantil y psicoanalista, es fundador y director terapéutico de Antenna 112 y de la Antenina, centros terapéuticos residenciales y diurnos para niños y adolescentes psicóticos y autistas del Buon Pastore de Venecia. Ha publicado el libro El tratamiento del niño autista en la editorial Gredos. Es miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanalisis y docente del Instituto Freudiano para la Clínica, la Ciencia y la Terapia de Roma. 

Conversó en Barcelona, donde dio una conferencia, con Mari Cruz Fernández 


¿Cuál es la diferencia entre autismo y psicosis?

La diferencia entre autismo y psicosis reside en la precocidad de la aparición del autismo, cuando aún no se ha desarrollado el lenguaje, está en sus inicios, además  tampoco se ha desarrollado aún la cuestión imaginaria. En el sujeto psicótico podemos decir que hay un resquebrajamiento de lo simbólico porque este estaba ya desarrollado. El delirio es una especie de cura que construye un nudo menos angustiante. En el autismo sin embargo no hay regresión, no hay nada construido, lo que usa el autista son elementos en dos tiempos, encender y apagar; abrir y cerrar; actividades de alternancia. Los movimientos rítmicos, la estereotipia, la ecolalia ... sirven para dar estabilidad, predictibilidad, ordenar los objetos del mundo, des-angustia .

El trabajo del autismo es un intento de auto-cura; frente al caos y la angustia crean un pequeño mundo controlado, porque la angustia está detrás de cualquier rincón. De hecho cuando hay una primera apertura aparecen cosa que antes no estaban y esta apertura al mundo y al otro les produce mayor angustia.

El autista crea un mundo donde no recurre más que a sí mismo, un mundo estable y repetitivo que apenas se mantiene. Esta actividad es incesante y rápida, se hace presa de un vértigo, lo que el autista creó como una defensa se convierte en un instrumento de ella. Por ejemplo, correr en círculos  cada vez más acelerado se convierte en fuente de angustia, es el paso del placer a lo real.

Sabemos a través de los escritos de autistas que lo describen así “vivo en una guerra, primero para poner distancia sobre el mundo, segundo para aproximarse al mundo”.
Algo similar ocurre en la esquizofrenia, sufren tanto que querrían estar junto con los otros, ser reconocidos pero no soportan la proximidad. Les funciona bien el amor a distancia, así no se sienten solos y tampoco invadidos. La ambigüedad de esa distancia es el problema principal.

¿Qué exige el niño autista? Exige estar protegido del otro persecutorio, esto no le es fácil porque los niños están rodeado por el no. En general, en la vida corriente cuando propone algo como actividad personal se le dice no, entonces demuestra ampliamente que lo que le dice el otro no sirve o reacciona con violencia. Para los padres es una situación desesperante.

¿Cómo se resuelve en Italia la educación del niño autista o psicótico grave?

En Italia en 1974 con la reforma de la psiquiatría, todos los niños y adolescentes con este tipo de problemas fueron enviados a la Escuela ordinaria, se les asignaba un profesor de sostén y a veces un educador.

Ocurría que a veces no es posible tal inserción en la escuela ordinaria para ellos. De hecho, es posible preguntarse si el sujeto autista puede socializarse. Para ellos el mundo esta lleno de reglas, reglas de los otros, que no llegan a entender, solamente entienden su propia regla.

Puede ocurrir que el niño y el maestro queden marginados del aula, segregados dentro del aula. El problema del maestro de sostén es que no está en posición de escucha y se compromete solo con el contenido del aprendizaje, así el autista se aleja porque se siente perseguido y si el maestro insiste, el niño se puede poner a hacer escenas locas para intentar regular al maestro que para el está des-regulado.

Existía la queja en Italia de que con estos casos se gastan muchos recursos humanos en la escuela, y no tanto en el sistema sanitario. En la escuela están el maestro sostén y los apoyos educativos, que además tienen que ir turnándose por el importante desgaste que supone estar siempre con  estos niños.

El problema de estos cambios de turnos es que puede resultar que nadie conozca al niño, por eso es necesario que haya al menos dos maestros de referencia con cada niño.

Los niños agresivos o auto agresivos crean mucha impotencia en lo educativo. Para sacar al niño del auto castigo no sirve ni la seducción ni la gratificación, funciona sólo a veces. A veces el niño acepta una gratificación para que no le moleste el otro, pero cuando este se da la vuelta el niño recomienza.

Cuando se aplican técnicas cognitivo conductuales, quienes las aplicas quedan agotados incluidos los niños y sus padres. Dicen “hice todo lo posible”, esto les desculpabiliza ¿pero para qué sirve?.

La pregunta es ¿cómo trabajar con un niño que no está en posición de aprendizaje? el trabajo de la Antena es investigar precisamente en esta dirección que es cómo podemos hacer para enganchar con el trabajo del niño.

¿Cuál es la lógica de trabajo de las Antennas?

Las Antennas son espacios no muy grandes, tampoco hay muchos operadores (profesionales dedicados). Debido a la problemática de estos niños que sufren de autismo grave o psicosis, cuando se les introduce en la Escuela ordinaria se sienten perdidos, para ellos es necesario crear una estructura familiar, que aporte seguridad en el espacio y en el tiempo. Esta es una cuestión imprescindible para que puedan hacer lazo con un otro que les de garantía, teniendo en cuenta que se trata de individuos que no tienen reglas “socialmente” válidas, el lenguaje, las palabras, que son quienes transmiten estas reglas o normas, son confundidas en este caso con su propio ser.

Cuando el niño autista llega a la Antenna nuestro trabajo consiste en percibir cuales son los puntos específico de su interés. El trabajo en el taller con el niño es un encuentro entre la actividad del niño y la actividad del operador, si se convierte en una obligación para el operador el niño lo siente, esto es fundamental . Es necesario crear el clima para que se instale el niño autista.

La atmósfera en la Antenna es alegre, hay juegos, ironía entre los operadores cuando algo ocurre, hay curiosidad hacia los niños, es un clima de no agotamiento. La elección de los operadores es muy importante para que sea posible establecer este puente.

Alexandre Stevens dice que el autista exige como garante a otro grande y barrado, no se parece a un semejante es una función que pone en marcha otro cuidadoso y humilde,  “busco un guía que me siga”.

¿Cómo hacerse entonces partenaire del niño autista? La respuesta es hacer de garante, que no suceda nada “feo”. Hacer presencia de otro con un significado tranquilo. ¿Qué significa ser percibido como garante? El psiquiatra y psicoanalista Jacques Lacan dijo que en la cura del sujeto psicótico el terapeuta habría deser un secretario del alienado. En el encuentro con el autista hay que decir sí sin dudas. Para decir este sí hay que crear las condiciones que lo hagan posible. Cuando se llega al punto del no, la paciencia del autista se acaba y todo recomienza, no se fía.

Sin embargo el sujeto autista no es rencoroso con el otro, si hay una equivocación el operador puede decir con una gran escena “que error he cometido, ayúdame y todo va bien”.

Las características del operador de la Antenna son su curiosidad personal, sus gustos propios y también es fundamental aquello que es lo más vivo de sí mismo, puede ser cantar, tocar un instrumento, bailar, pintar, escribir, .... Es necesario que pueda sostener un semblante de proximidad que no sea intrusivo. Tampoco funciona el objeto transacional, este objeto invade el espacio del niño autista.

El operador también necesita colocar su narcisismo a un lado, si no es así no se produce la intercambiabilidad con el otro. Los operadores siguen la misma dirección de la cura en el equipo cada uno con su estilo. También es necesario que de cuenta del por qué de las invenciones que hace con los niños en la institución. Ha de poder trasmitir por qué y cómo lo hace.

Todo lo que el operador hace y para qué sirve ha de estar muy claro. Los operadores no enseñan en la Antenna, se produce un dialogo sin palabras que se dirige a entender los puntos vivos que los niños traen y los talleres se organizan en torno a ellos. Por ejemplo, uno de los niños bailaba delante de la televisión, no se le dijo “no se baila” se hizo un taller de baile donde se podía elegir la música, ordenar los CDs, escribir los textos de las canciones. Son articulaciones con el punto vivo del niño que pasan a ser actividades reguladas. ¿Pero quién regula? El operador no puede hacer lo que quiere, el niño entiende esto, la actividad permanece hasta que el niño decide.

El operador no puede decir no lo hago porque no quiero, se atiene al programa. El niño sabe que en el tablón se inscribe cada día qué se hace y con quién. Nuestra pragmática es que todos los operadores trabajan con todos los niños. Trabajar con niños diferentes es más fácil que siempre con el mismo.

Algunos niños no quieren entrar en la institución, tienen miedo a ser prisioneros, quieren verificar si estamos en su ritmo, a veces quieren ir a otro taller, en este caso se solicita autorización a un tercero que en general dice sí. Hay excepciones que humanizan la regla. Para producir un buen encuentro con estos sujetos hay toda una labor del operador que es casi como una vuelta de tornillo sin fin.

Nuestra práctica en las Antennas se conoce como “práctica entre varios”. Para trabajar con el sujeto autista es fundamental la intercambiabilidad de los operadores, ¿por qué? porque cuando el niño se comienza a abrir hacía una persona aparece una relación simbiótica, exclusiva, la misma que el sujeto autista tiene hacia el mundo. Puede suceder que estos rasgos identificatorios se den con un operador, y quiera estar siempre con el mismo, se aferre a el y el resto de la Antenna no le interesa.

Cuando se produce una primera apertura conlleva este rasgo simbiótico por eso el operador ha de utilizar su relación privilegiada para abrirse continuamente a otros operadores. Cuando se evidencia que se produce una relación simbiótica con un operador es debido a que hubo demasiada proximidad a causa de la tendencia del autista a establecer relaciones duales para controlar la situación. En esa relación, cuando el otro no hace lo que él quiere, produce un duelo.

Se trata, según Jacques Lacan,  de poner en marcha algo que está congelado, de poner en marcha artificialmente la cadena significante haciendo una cadena humana, el diálogo entre él y los otros.

¿Cómo es la relación de la institución con los padres de los niños?

Resulta fundamental la relación de trabajo que la Antenna establece con los padres de los niños sobre todo de los de 0 a 6 años. Se trabaja con ellos que su hijo puede no aceptar las ofertas que ellos les hacen. El sujeto autista no sabe que significa una elección. Estos padre han de ser acogidos en su sufrimiento propio , no sólo como padres de un niño autista. Si se les culpabiliza creeríamos que hay un determinismo que actúa en cada sujeto y esto no funciona así.

La diferencia de las Antennas con otros dispositivos es que su trabajo es producir un sujeto, es decir, demostrar al niño autista que su palabra nos la tomamos muy en serio, por esta razón en la entrada del niño al dispositivo hay un sí decidido a lo que el niño trae consigo.

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